Los residentes reclaman ayudas a las administraciones para evitar que sean desalojados como ocurrió con el edificio 36 · Las fisuras se suceden en las fachadas de toda la vía y se teme un "efecto dominó"
Anabel Calero Actualizado 23.03.2009 - 01:00 (El Día de Córdoba)
Las grietas que aparecieron hace dos años en el bloque 36 de la calle Loja -y que obligaron al desalojo de los vecinos que residían allí- no son las únicas que afectan a las viviendas de esta zona del Sector Sur. Algunos residentes del edificio colindante al 36 denunciaron ayer la aparición de fisuras en sus pisos que están poniendo en peligro su calidad de vida. "Estamos muy asustados", apuntó ayer Raúl, uno de los afectados que vive en la casa número 34 del bloque 19, "pared con pared" con el edificio desalojado hace ahora dos años. "En cuestión de días han aparecido rajas en el salón, la cocina y el cuarto de baño y tengo miedo de que nos pase lo mismo que a los otros vecinos", dijo. Raúl vive con su mujer que está embarazada y con su hijo y "no tenemos donde ir", por lo que pidió a las Administraciones que "nos den una solución, que nos arreglen las casas". María José Olmo también es otra de las vecinas afectadas por las características de la construcción de estos edificios, ya que la calidad de los terrenos los sitúa como unas viviendas donde los movimientos de tierra son continuos, lo que provoca la aparición de grietas y fisuras. Olmo aseguró ayer que el desnivel que ahora sufre su casa ha provocado que no pueda cerrar la puerta de entrada. "El salón está completamente rajado y el otro día se me cayó un azulejo de la cocina", añadió. Pero los desperfectos no sólo atañen a los residentes en los pisos más próximos al 36, sino que se están expandiendo como un "efecto dominó" -como lo califican los propios vecinos-, por todos los pisos de la calle Loja y también en la paralela. El bloque 7 de la calle Punta Umbría es un ejemplo de ello, ya que algunos inquilinos, como María del Carmen Ruiz, tienen en su casa "grietas con más de un dedo de ancho". Ruiz tiene unas circunstancias personales más delicadas, pues su marido está enfermo y tiene que cuidar de él. Además, son familiares directos del matrimonio que murió hace un año en el derrumbe de la calle Palomares y "tenemos mucho miedo de que nos llegue a pasar lo mismo". La Oficina de Ruinas de la Gerencia de Urbanismo ha remitido una carta a la comunidad de propietarios de la calle Loja número 16 en la que se reconoce la existencia de grietas y fisura en todas las plantas del edificio pero ordena la ejecución de las obras para subsanar los daños a los propios residentes en un plazo máximo de 15 días. Los afectados, sin embargo, se reunirán el próximo jueves con el delegado de Vivienda de la Junta para solicitar ayuda a la Administración autonómica ante lo que consideran una situación "injusta". El representante de la Asociación de Vecinos Huertos Familiares, Manuel Sierra, lamentó que "se haya dejado tanto tiempo" el arreglo del bloque 36 ya que, a su juicio, es el origen de que estén apareciendo más fisuras en las demás casas de la calle Loja. Una de la solución que plantean los propietarios es que Vimcorsa les facilite viviendas de protección oficial (VPO) y permutarlas con sus pisos, aunque no parece una opción muy factible. En cualquier caso, los afectados reiteraron ayer que las administraciones escuchen sus peticiones para intentar buscar una salida, ya que "no tenemos donde ir y tenemos miedo de vivir aquí", coincidieron ayer todos los vecinos.
Las grietas que aparecieron hace dos años en el bloque 36 de la calle Loja -y que obligaron al desalojo de los vecinos que residían allí- no son las únicas que afectan a las viviendas de esta zona del Sector Sur. Algunos residentes del edificio colindante al 36 denunciaron ayer la aparición de fisuras en sus pisos que están poniendo en peligro su calidad de vida. "Estamos muy asustados", apuntó ayer Raúl, uno de los afectados que vive en la casa número 34 del bloque 19, "pared con pared" con el edificio desalojado hace ahora dos años. "En cuestión de días han aparecido rajas en el salón, la cocina y el cuarto de baño y tengo miedo de que nos pase lo mismo que a los otros vecinos", dijo. Raúl vive con su mujer que está embarazada y con su hijo y "no tenemos donde ir", por lo que pidió a las Administraciones que "nos den una solución, que nos arreglen las casas". María José Olmo también es otra de las vecinas afectadas por las características de la construcción de estos edificios, ya que la calidad de los terrenos los sitúa como unas viviendas donde los movimientos de tierra son continuos, lo que provoca la aparición de grietas y fisuras. Olmo aseguró ayer que el desnivel que ahora sufre su casa ha provocado que no pueda cerrar la puerta de entrada. "El salón está completamente rajado y el otro día se me cayó un azulejo de la cocina", añadió. Pero los desperfectos no sólo atañen a los residentes en los pisos más próximos al 36, sino que se están expandiendo como un "efecto dominó" -como lo califican los propios vecinos-, por todos los pisos de la calle Loja y también en la paralela. El bloque 7 de la calle Punta Umbría es un ejemplo de ello, ya que algunos inquilinos, como María del Carmen Ruiz, tienen en su casa "grietas con más de un dedo de ancho". Ruiz tiene unas circunstancias personales más delicadas, pues su marido está enfermo y tiene que cuidar de él. Además, son familiares directos del matrimonio que murió hace un año en el derrumbe de la calle Palomares y "tenemos mucho miedo de que nos llegue a pasar lo mismo". La Oficina de Ruinas de la Gerencia de Urbanismo ha remitido una carta a la comunidad de propietarios de la calle Loja número 16 en la que se reconoce la existencia de grietas y fisura en todas las plantas del edificio pero ordena la ejecución de las obras para subsanar los daños a los propios residentes en un plazo máximo de 15 días. Los afectados, sin embargo, se reunirán el próximo jueves con el delegado de Vivienda de la Junta para solicitar ayuda a la Administración autonómica ante lo que consideran una situación "injusta". El representante de la Asociación de Vecinos Huertos Familiares, Manuel Sierra, lamentó que "se haya dejado tanto tiempo" el arreglo del bloque 36 ya que, a su juicio, es el origen de que estén apareciendo más fisuras en las demás casas de la calle Loja. Una de la solución que plantean los propietarios es que Vimcorsa les facilite viviendas de protección oficial (VPO) y permutarlas con sus pisos, aunque no parece una opción muy factible. En cualquier caso, los afectados reiteraron ayer que las administraciones escuchen sus peticiones para intentar buscar una salida, ya que "no tenemos donde ir y tenemos miedo de vivir aquí", coincidieron ayer todos los vecinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario